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Nos ha llegado al taller una guitarra Danelectro DC 59 para ser ajustada porque la acción de las cuerdas es muy alta y resulta muy incómoda de tocar.

 

Tras la primera inspección, se observa que el mástil tiene un exceso de curvatura y que la cejuela de aluminio tiene las ranuras muy hundidas, las cuerdas están a punto de que trasteen al ser tocadas al aire.

Una vez enderezado el mástil mediante la tuerca del alma, comprobamos lo que nos temíamos, que la cejuela no vale. Hay trasteos en las cinco primeras cuerdas al tocar al aire y la sexta, directamente, no suena.

Desmontada ya la cejuela, se observa que en algún momento de su vida fue manipulada, muy posiblemente, para dejar la acción más cómoda sin mucho acierto.

La manera de intentar compensarlo fue dando mucha curva al mástil para mitigar ese fallo. Funcionar, funcionó, pero quedo una guitarra prácticamente intocable debido a altura de las cuerdas.

Cejuela  guitarra Danelectro

Visto el fallo barajamos varias opciones:

1.- Sustitución de la cejuela por una nueva tallada en hueso

2.- Fabricación de una cejuela de aluminio como la original

3.- Pedir a Danelectro el repuesto directo de la misma.

Tras hablarlo con el cliente, se descarta la cejuela de hueso y se opta por hacer una nueva desde cero, fabricada en aluminio para mantener la estética y el timbre del instrumento.

Aunque pedir el repuesto original puede parecer lo más sencillo y rápido no siempre es así. Si bien estas cejuelas ya vienen prefabricadas hay que acabar de ajustarlas según las necesidades del instrumento. Entre eso, su precio y los tiempos de espera hasta recibirla se desechó también esta opción.

Una vez tomada la decisión nos ponemos manos a la obra.

 La nueva cejuela se va a fabricar a partir de una barra de aluminio pulido del mismo grosor que la cejuela original:

 cejuela guitarra

 Aquí ya podemos varias fotos del tallado de la misma, desde la pieza con las medidas aproximadas para empezar a trabajar con ella hasta como se le va dando forma y haciendo los surcos.

  Foto 3

Ahora llega el momento de presentarla en su ubicación, para lo cual taladramos la pieza para asentarla con el tornillo de sujeción.

Una vez montadas las cuerdas y con un pequeño ajuste de la curvatura del mástil se acaban de hacer los surcos hasta la profundidad exacta.

Este es el paso más delicado, ya que hay que apurar todo lo posible para que las cuerdas queden lo más bajas posibles sin trasteos. Si nos pasamos todo el trabajo no valdrá y habrá que empezar de nuevo.

Por último, una vez ajustada, solo queda quitar el sobrante y pulirla para que quede como la original. Este es el resultado:

cejulea aluminio

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