Tan sólo quedan unos días para que entre el otoño y para todos aquellos que no lo sepan, un aviso de este luthier: los instrumentos de cuerda sufren con los cambios de estación. Ya sea una guitarra española, un bajo eléctrico o un chelo, todos los instrumentos sufren y se resienten con la humedad y los cambios de temperatura… Así que lo más aconsejable sería llevarlo a tu luthier de confianza para que adapte el instrumento a las nuevas condiciones climáticas y hacerle una buena puesta a punto.
Puede parecer una exageración para algunos, sin embargo, tiene su explicación; en invierno con el frío y el aumento de la humedad, la madera se expande. Esto puede provocar que los instrumentos se vuelvan más incómodos de tocar y que aparezcan trasteos indeseados por las variaciones de la madera del mástil.
Otra recomendación que como luthier ofrezco es la de guardar cualquier bajo o guitarra en su estuche para resguardarlo, especialmente en locales de ensayo o zonas con mucha humedad. Siempre es mejor poder humedecer en verano y secar el ambiente en los meses de lluvia para que no se deteriore la madera del instrumento, pero a día de hoy son medidas un poco exageradas para el uso común y habitual que se le da a un bajo o guitarra ya que con la denominada “alma del instrumento” se podrá rectificar esas variaciones del mástil.